Avancemos en nuestro razonamiento, al analizar la naturaleza del “estado de consciencia”. Puntualmente, a cómo reconocer que hemos sido conscientes de haber elegido la situación en la que nos encontramos. En primer lugar, observar la posición en la que me encuentro detalladamente, podría ser pieza clave para determinar si estoy a punto de elegir mi batalla, o si ella está a punto de elegirme.

Acto seguido, sería conveniente optar por dar respuesta a ciertas interrogantes para complementar los datos que obtuvimos con la observación previa. Asociado a lo anterior, agrego en el orden prudente las preguntas que deberíamos plantearnos para adquirir sosiego, al mismo tiempo que le damos estructura a nuestro pensamiento al ubicarnos en el escenario que nos encontremos.

•   ¿Cómo llegué hasta aquí?
•   ¿Enfrentarme a esto es mi decisión?
•   ¿Cómo me estoy sintiendo?
•   ¿Qué emoción experimento?
•   ¿Cuál quiero que sea mi reacción?
•   ¿Cómo voy a darle solución?
•   ¿Qué beneficio me trae el resolver esta condición?
•   ¿Necesito ayuda para dirimir esta circunstancia?

En conclusión, en la vida siempre habrá situaciones que requieran que empleemos estas acciones significativas, mismas que permitirán involucrarse de forma eficaz en la resolución del evento en cuestión. De modo que, así cómo en un juego de Nintendo, empecemos a elegir nuestras partidas de manera consciente; utilizando la mejor estrategia de juego posible, salir victoriosos y no morir en el intento.